Madre, que soledad la tuya

De pequeña te forjaste con esfuerzo y esmero

Cual madero añejado en plena extinción.

Madre, que ejemplo el tuyo

Llenaste mi vida de amor y esperanza

De orgullo y libertad por luchar por tus ideales y

Valores que hasta las rejas fue a parar.

Madre, que amor el tuyo

No descansas nunca, ni bajas la guardia

Insistes en vernos, cual niños Jugando en los

parques del Congreso, o en las playas de aguadulce,

pero ya no,

es hora de estar juntos tomados de la mano

Y ver tu obra culminada, es hora de caminar y disfrutar

de los retoños que la vida nos ha regalado

Madre es hora de dejar atrás las Tristezas y

ver la vida con esperanza, los errores y caídas serán el tesón

En mi camino, no te prometo nada

Porque solo vivo el presente y las

Sorpresas de lo que viene llegarán

Encontrándome de pie y

dando gracias a todo lo vivido.